Pertenecer…
Todo inmigrante ha sentido en algún momento la sensación de querer formar parte de algo. Sobre todo cuando te has ido de tu país natal por circunstancias ajenas al placer o turismo. Lo defino como un despecho o un guayabo como diría mi amiga colombiana Salomé. Si, irte de tu casa, alejarte de tu familia y amigos puede llegar a ser como un luto y aunque haya sido una decisión propia y voluntaria (por tener una mejor calidad de vida y futuro), siempre está esa sensación agridulce. Al menos en tres oportunidades he soñado con que vivo aún en Caracas y no en Buenos Aires y me despierto con esa percepción de ausencia, de lejanía, de pertenecer. Es como si no fueras de aquí, pero tampoco eres de allá y en mi subconsciente se genera por un momento una sensación inaccesible. Supongo que es normal sentirse así, en algún momento nuestros sueños nos revelan cosas que queremos, deseamos o simplemente puedes llegar a tener también un déjà vu. Y no quiero confundir esto con nacionalismo . So...